Creo que en este mes es donde se respira e inspira a la creatividad. Será el aire, el cielo, el mar... Su estado sereno, tranquilo, evasivo, eterno o profundo. Vibrante, vivo, alegre, enérgico y oxigenado. Y al llegar a estas alturas del año necesito un poco de todo ello, para reponerme y seguir para poder encontrar sentidos y sensaciones que invadan mi sensibilidad e inconsciente para poder plasmarlo en los pequeños detalles que irán surgiendo y sugiriendo en lo que nos rodea cotidianamente.
Patios, jardines y terrazas invitando a tardes de dolce far niente.
Observando y deseando objetos que nos trasladen y eleven a una dimensión conocida y reconocida. Pero, además de azul, en especial el índigo, el verano también es aire libre, campo, naturaleza y verde. He aquí una combinación perfecta para una puesta artística en escena. Espacios decorados al mínimo detalle, tratando de mantener intacto su espíritu auténtico, su esencia, lo que llamo el alma mater de cada espacio.